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Un día normal en la vida de Crucis

por Gustavo Montesano

Publicado 26 Julio  2015

Corría el verano de 1976 y entre los conciertos de Mar del Plata y Villa Gesell quedaba un día libre así que me fui a Bs As a arreglar unos papeles….realicé el viaje por la noche después del concierto en mi Opel rojo y al llegar a Buenos Aires dejé el coche estacionado en el sitio equivocado así que por la mañana advertí que la grúa lo había llevado y tuve -muy a mi pesar- que prescindir de él para regresar a la costa.

Al día siguiente caía sobre Aeroparque una tormenta descomunal cuando nos disponíamos a abordar un pequeñísimo DC3 de hélice, mi novia Ada, Jorge Álvarez y yo para llegar a tiempo a aquél show.

El avioncito estaba casi vacío y luego de alguna demora despegó en medio de aquella descomunal cortina de agua (el cielo se desmoronaba) y a los pocos minutos comenzaron las temidas y esperadas turbulencias; yo no hacía mas que preguntarme como es posible que despegaran en esas condiciones climáticas y porque maldita razón tuve la ocurrencia de regresar a Bs As, etc.

De repente se escucharon unos ruidos aterradores mientras daba la impresión de estar en la montaña rusa; observé con horror que Álvarez se hacía la señal de la cruz y me entró el pánico. La azafata se hallaba clavada en su asiento atada con el cinturón y sus ojos vidriosos y desencajados no transmitían nada.  Ada me apretaba el brazo con tanta fuerza como solo se es posible en esa coyuntura. Jorge estaba como en trance y gritaba insultando al “barbudo”….así es como le llamaba él a Dios…..Barbudo de mierda!!!!!!!!!!!  Justo hoy tenías que traer esta tormenta!!!!!!!!!

Me levanté dando tumbos, agarrándome de donde podía para no salir volando hacia el techo del aparato y me dirigí hacia la cabina del piloto….abrí la puertecilla y le pregunté si se habían vuelto locos o que pasaba, explicándole asimismo que debía llegar “vivo” a Villa Gesell. El hombre tiró hacia arriba hasta que por fin………..el cielo azul maravilloso, divino y radiante puso fin a aquella pesadilla que me pasaría factura durante el resto de mis días…(aún hoy me dan pánico las turbulencias y desgraciadamente por mi trabajo he tenido que pasar media vida montado en los malditos aviones que odio con toda mi alma).

 

Llegué al concierto justo a tiempo para enchufar mi instrumento y comenzar a tocar…..pero a los pocos segundos de comenzar el show se cortó la luz.

Se fue la electricidad de todo Villa Gesell  -quizás a causa de la misma pertinaz y obstinada tormenta que parecía inundar toda la provincia de Buenos Aires, o incluso toda la Argentina o el mundo entero-  Era la primera vez que nos ocurría algo así.

El recinto era una especie de discoteca o club gigante repleto de una perpleja audiencia joven que estaba de pié en la más completa oscuridad y sin saber que hacer. Literalmente….no se veía absolutamente nada; intenté descolgarme el bajo pero ¿dónde dejarlo? …era incapaz de ver mis propias manos y por alguna razón todo el mundo se había quedado en el más completo silencio…incluido el público…no se oía ni escuchaba nada hasta que por fin noté la voz de Pino en mi cuello que me preguntaba algo….   -¿Donde estabas loco?  -No sé, estaba en un avión que casi se cae…

-¿Qué hacemos loco?   -¿Y yo que se?  -Esto no está ocurriendo loco!!   -Me temo que si.   -No veo nada loco!!!!!!!

Pero entonces apareció una figura…alguien que venía entre bambalinas con un enorme candelabro encendido…parecía una mujer de mediana edad que llegaba desde las tinieblas ataviada únicamente con una túnica blanca desplegando un halo de luz a su alrededor que a medida que se acercaba nos permitía tomar conciencia de lo que estaba ocurriendo…..algunos del público comenzaron a aplaudir y muchos creían que aquello era parte del show.

La señora en cuestión resultó ser Teresa Blasco…una actriz ya en decadencia que había aparecido en innumerables series de TV…¿qué demonios hacía alli?  Estaba sobre nuestro escenario dirigiéndose peligrosamente al borde del mismo con todas sus velas, entonando una canción infantil ligeramente lúgubre y tediosa.  

Cuando acabó de cantar comenzó, dirigiéndose al público (y obviamente sin micrófono) a darle una especie de conferencia cósmica y completamente alucinada sobre algún tema que no recuerdo. La audiencia parecía encantada y embelesada; escuchaba sus palabras en el mas profundo silencio….y así continuó durante una buena media hora hasta que súbitamente regresó la luz. 

En ese preciso momento, Teresa Blasco salió disparada del escenario corriendo detrás de Osvaldo (nuestro jefe de plomos) que al verla venir comenzó a escapar despavorido.…..Por lo visto, mientras Crucis recomenzaba su actuación, ella logró darle caza y se echó en sus brazos.

 

Aquella noche hicimos dos pases acabando tardísimo por lo que ya exhaustos y extenuados, después de una buena ducha, Gonzalo y yo decidimos dar un paseo nocturno por la playa.

Afortunadamente la terrorífica tormenta había desaparecido dejando lugar a una suave brisa que nos acariciaba el alma. El aire y el cielo estaban limpios de modo que contemplábamos aquellas estrellas que parecían estar al alcance de la mano. Nos sentamos en la arena con la guitarra y unos cuantos porritos relajantes… comencé a tocar “Tubular Bells” muy despacito…Gonzalo echó su cabeza hacia atrás y comenzó a esbozar aquella sonrisa tan típicamente suya de cuando era feliz.

Fue entonces cuando escuchamos un sórdido y espeluznante grito: “¿Que están haciendo ustedes aquí? ” Si. Lo que faltaba para acabar un día absolutamente desmesurado.

Unos señores uniformados, con bigote y gafas de sol aún en plena noche, nos subían a un coche y llevaban a la seccional de policía de Villa Gesell donde según recuerdo, amanecimos en el patio cantando canciones de Rosamel Araya.

Que lindo que es el amor…después de haber trabajado al sol…….

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