Crucis 1975
La Historia Completa

La Historia - 3ª Parte
Apenas unas semanas después del concierto del Astral del 17 de Diciembre, se produce el primer gran encuentro entre Crucis y una audiencia multitudinaria de miles de personas cuando cierran en la Sociedad Rural Argentina de Palermo un espectáculo llamado “Moto Rock” en el que después de una formidable muestra de moto-cross se suceden las actuaciones de Ricardo Soulé, Moris y Crucis.

La Rural febrero 1976

A principios de 1976 comienza la grabación del primer LP de la banda en los estudios de RCA Víctor -Cia que les ha fichado- en el barrio de Saavedra.
En los créditos del disco figuran tres productores: Charly García, Juan O. Gatti y Jorge Álvarez aunque en la práctica resulta ser el músico recién separado de Sui Generis el encargado de la realización de tal tarea que pacientemente supervisa los sonidos de cada registro eligiendo acertadamente para ello una interpretación “en vivo” de los temas (exceptuando las voces y algún doblaje del sintetizador Moog) dentro de aquella gigantesca sala que ofrece a los chicos la posibilidad de hacerlo con total comodidad.
Merece una especial mención el diseño de portada realizado por el artista Juan. O Gatti; una doble tapa con ilustraciones que a él han inspirado las melodías y el clima que emana la música de Crucis.
Una vez terminada la grabación del LP, la Cia. discográfica edita un single con los temas “Todo Tiempo Posible” e “Irónico Ser” como avance que comienza a ser difundido ampliamente por las emisoras de todo el país; y casi sin respiro, la banda sale de gira por el interior con el artista Moris como telonero resultando especialmente significativas las actuaciones en la ciudad de Santa Fe (donde son presentados por el mítico Antonio Carrizo), Córdoba y Cosquín donde la banda cierra el primer festival “Cosquín Rock”.

Gustavo: El estudio de RCA infundía mucho respeto; era enorme y tenía una máquina grabadora de 8 canales. Grabamos casi todo en directo y Charly resultó de gran ayuda en todo momento tanto en el aspecto técnico aportando su experiencia, seleccionando las mejores tomas o supervisando cada sonido, como en el personal, siempre de buen humor y dando ánimos. A pesar de que contábamos con un maravilloso Hammond B3, Aníbal se empeñó en utilizar su órgano Yamaha para “Todo Tiempo” y algún que otro tema y creo que acertó ya que escuchándolo hoy, 40 años después, me sigue sonando genial. También estuvo muy sutil e inspirado en el manejo del mini Moog y los demás teclados algunos de los cuales nos cedió Charly.
Pino solo utilizó su Les Paul con un ampli Fender Pro Reverb y yo mi Jazz Bass con el Fahey gigante que pesaba toneladas y parecía un frigorífico.Gonzalo su vieja Ludwig.
La actividad de Jorge Álvarez dentro del estudio se limitaba a suministrar sus “rayitas” que enfilaba pacientemente sobre las congas pero fuera del estudio realizaba una labor titánica de coordinación, elección de repertorio, logística y difusión de nuestra música.
De vez en cuando se abría la puerta del estudio y aparecía Lalo Fransen, si, el mismísimo Lalo Fransen a chequear que todos nos portáramos bien.
Recuerdo que para la fase del mastering le pedí a Álvarez que invitara a Daniel Ripoll (fundador y director de la mítica revista “Pelo”) para que escuchara nuestra música antes que nadie; a pesar de que aún no le conocía personalmente le admiraba como editor y deseaba su opinión más que la de ninguna otra persona. Daniel se sentó muy serio a escuchar y yo al borde del colapso nervioso hasta que le vi levantar la primera ceja y me miró con gesto alegre. Fue muy amable de su parte asistir, escuchar, aprobar e infundirme un enorme ánimo. Hasta el día de hoy mantengo mi amistad con él. Recuerdo un mar de gente en el concierto de Santa Fé; se realizaba en un parque público y yo muy feliz de compartir escenario con un artista de la talla de Moris; siempre le había admirado desde su “Pato Trabaja en una Carnicería” y aquella noche tocó una genial versión de “De Nada Sirve”. No hace mucho escuché una grabación de aquél show de Crucis sin poder creer como éramos capaces de tocar a una velocidad tan endiablada. El público pensaría que nos habíamos vuelto locos.
También me acuerdo de “Cosquín”....era un experimento del empresario Mario Luna ya que allí solo se habían realizado hasta entonces festivales folklóricos; había un montón de artistas programados antes de nuestra actuación de manera que pasé mucho tiempo en la habitación del hotel con Charly y las chicas “tomando cositas”. Llegamos durante la actuación de Litto Nebbia (que por entonces estaba en su fase de trío con Astarita y González) y de nuestra presentación no recuerdo gran cosa debido a las cositas. Solo más mares de gente.

A principios del mes de Abril, la banda presenta su primer LP en el teatro Coliseo de Buenos Aires con la escenografía y puesta en escena del director Roberto Villanueva y un nuevo equipo de sonido a cargo de la empresa Milrud.
Crucis realiza su show como siempre llegando casi hasta la extenuación física (debe remarcarse que los chicos son muy expresivos durante sus presentaciones, corren por todo el escenario, se agitan, bailan y retuercen como poseídos) pero una vez terminado y ante la demanda del público que no ha conseguido entradas, la empresa decide agregar un nuevo show que se inicia 45 minutos después. El aforo vuelve a llenarse, incluidos los pasillos, hall del teatro y calle. Hacia los últimos temas de la actuación, se abren las puertas del Coliseo y el grupo puede ver desde el escenario como la gente ha invadido también la Plaza Libertad.

Prueba de Sonido Teatro Coliseo

Gentileza Hugo J. Panzarasa

La empresa Baires Espectáculos comandada por Santiago Shanahan contrata a Crucis para gestionar y vender sus actuaciones contando también en su elenco con La Máquina de Hacer Pájaros, Nito Mestre y los Desconocidos de Siempre y León Gieco.
Es a partir de entonces que la banda comienza una rutina de shows en innumerables salas y clubes del interior adonde se dirigen con su chofer “El Tano”, su manager de carretera el Sr. Melgarejo más su fiel equipo de técnicos y ayudantes dando a conocer por primera vez en este tipo de clubes lo que ya comienza a llamarse Rock Progresivo, además de cumplir con los obligados grandes conciertos que Crucis sigue ofreciendo en estadios o teatros de las grandes ciudades como Mar del Plata, Pinamar, Rosario, Sta Fé, Córdoba, etc.


Foto Gentileza Ada Moreno

Foto Gentileza Ada Moreno
Se puede afirmar que el grupo acaba consolidando su popularidad durante aquellos primeros meses de 1976 en un concierto organizado por la empresa Collini & Ibarra en el estadio Luna Park de Buenos Aires ofrecido junto a las bandas “Soluna”, “Pastoral” y “León Gieco”.
Resulta especialmente curiosa la inclusión de un amplio reportaje de varias páginas a Crucis en la revista “Gente”, medio periodístico que dedica sus hojas mayormente al “famoseo” o a reportajes de actualidad que por primera vez (y probablemente única en toda su historia) elige dirigir su atención a una banda de Rock Progresivo.
Gustavo: Presentamos nuestro primer LP en el Coliseo; para nuestro asombro asistió muchísimo mas público del que esperábamos y tuvimos que realizar una segunda actuación; la empresa -que probablemente lo intuía- nos había reservado unas habitaciones en un hotel cercano para que estuviéramos bien “descansaditos” pero aún así fue para nosotros un tour de force; recuerdo que al terminar el show yo estaba tirado en el sillón de mi camerino, extenuado y aún temblando (lo habíamos dado absolutamente todo en aquél concierto, exigido al máximo, perdido varios kilos, etc) cuando se presenta el mánager y me dice que me prepare porque hemos de regresar al escenario para realizar otro show completo; mi reacción -ante lo que juzgaba una total falta de consideración a nuestra integridad física y mental- es de violenta ira y se produce una discusión a grito pelado en la cual le vocifero que se olvide de tal cosa, que estoy reventado y que es virtualmente imposible para el grupo realizar tal esfuerzo. Desde mi punto de vista la empresa había calculado mal y debían haber contratado una sala mas grande en primer lugar.
No sé que habrán pensado los demás porque estábamos en camerinos separados, creo que Gonzalo entró en pánico, pero en fin....el hombre comienza con lo de “es tu público, a ellos les debes todo” y que “mira cuanto dinero va a quedar” y “tomate un poquito de esto” y al final me convence.
Los fines de semana salíamos en nuestro autobús para hacer shows en los clubes, muchas veces venía con nosotros Charly (que una noche subió a ejecutar un maravilloso solo en “Abismo Terrenal”) o Billy Bond, pero estos aforos solían muchas veces resultar completamente extraños e inadecuados para una banda como Crucis, con públicos forofos de la cumbia o grupos de la llamada “música comercial”. Había que ver aquellas caras al escuchar el sonido de sintetizadores o leslies por aquella época....una vez un tipo le espetó a Aníbal: “rarito el acordeón!!!!!”, en cualquier caso la mayoría estaban borrachos, no era raro que se produjeran peleas y diversos altercados pero al final todo el mundo parecía acabar contento. También había clubes mas normalitos de los cuales la mayoría he olvidado sus nombres... recuerdo algunos pocos: El Estudiantil Porteño en Ramos Mejía, Los Indios de Moreno, Comunicaciones, Gimnasia y Esgrima, Almirante Brown, Huracán de San Justo, Tigre, San Fernando... solíamos repetir varias veces en éstos y de vez en cuando coincidir con otros grupos lo cual era un auténtico placer ya que podían convertirse en improvisados conciertos memorables con el público delirando...El Reloj, Invisible y Crucis. Combinaciones fantásticas que rara vez se producían en Buenos Aires. También recuerdo que hicimos muchísimas presentaciones en distintas provincias del interior junto a las bandas de nuestra agencia, Charly con La Máquina de Hacer Pájaros (a la cual se había unido José Luis Fernández), Nito y Los Desconocidos y León que invariablemente interpretaban juntos un tema maravilloso al final de su show: “La Colina de la Vida” que aún me resuena en la cabeza trayéndome unos recuerdos imborrables de aquellos días.
La actividad era constante y nunca había mucho tiempo para descansar o reflexionar. Había sin embargo “una pálida” inquietante y ya con atisbos de sordidez: en el mes de Marzo se había producido la llegada de La Junta Militar al gobierno argento, la pantera rosa Videla era el presidente de un gobierno que aún no había mostrado del todo sus horribles dientes (al menos los músicos aún no habíamos caído en la cuenta de lo que estaba ocurriendo) y ya intuíamos algo muy feo.
Por tanto, los regresos de aquellos clubes, sobre las seis o siete de la mañana solían ser de miedo...existía una cosa “dantesca” llamada coordinación federal, unos inquietantes seres todos ellos con gafas de sol aún en plena noche que hacían detener nuestro autobús, nos obligaban a bajar a punta de pistola y procedían a requisar concienzudamente el vehículo, a veces obligándonos a bajar todo el equipo y abrir hasta las cajas de altavoces (en una ocasión en plena Av 9 de Julio al lado del Obelisco). No siempre ocurría, pero con el correr de los meses aquello de estar siendo apuntado por un arma, intimidado y amenazado se convertiría en una moneda tan corriente que acabamos de alguna manera resignándonos a que habría que vivir con ello ya que también solían dejarse caer por nuestra sala de ensayo en Flores. Era verdaderamente horrible...recuerdo una noche durante un concierto de La Maquina de Hacer Pájaros; me hallaba tranquilamente disfrutando de la música con Gustavo Santaolalla y nuestras novias cuando repentinamente y sin mediar palabra nos agarran por detrás a los cuatro, nos meten en uno de aquellos temibles Falcons de color verde y nos llevan a unos tétricos galpones donde nos mantuvieron encerrados un par de horas; afortunadamente cuando estaban a punto de comenzar a “interrogarnos” aparece el empresario del concierto...un personaje bastante famoso y poderoso por entonces y nos libera.
Otra vez con Gonzalo...terminado un concierto de Crucis en Villa Gesell nos fuimos a caminar por la playa los dos con nuestros canutitos a charlar y disfrutar de la cálida madrugada para ser violentamente llevados a una seccional de policía donde nos retuvieron hasta el día siguiente. Y así muchísimas veces durante dos años...me temo que fue la causa principal de nuestro éxodo del país no mucho tiempo después.
Pino: Durante la época en que tocábamos y grabábamos no podría decir que hubo discriminación de los medios hacia Crucis; obviamente siempre hay algún sector de la prensa para el cual vivís rindiendo examen, pero creo el grupo era tan bueno que no les quedaba otra que mantener la crítica al mínimo. Aceptemos que el nuestro es un país bastante totalitario y de ghettos, River o Boca , ultra izquierda o ultra-derecha, etc y si no perteneces al club o al grupo de gente de turno podes ser castigado con ostracismo. Cuando a fines de los 80 vine a pasar una temporada extensa a Buenos Aires encontré a un medio y una prensa deprimentes, sentí que el nombre del grupo para muchos de los nuevos músicos era como si nunca hubiese existido, lo cual nunca sentí de parte del público cuando tuve la posibilidad de entrar en contacto con ellos, y encontré al medio en general mucho más pretencioso y musicalmente ignorante que nunca. Ni hablar de la música que se hacia, sin ninguna duda la más fría, sin alma, y pobre que escuche en mi vida hasta ese momento, muy basada en formulas e imagen y “actitud” sin sustancia, creo que ya pasaron suficientes años como para confirmarlo. Lo más irritante era escuchar que la misma gente que acusaba al rock progresivo de pretencioso (más allá de que pueda haber algo de verdad y sea discutible por la complejidad de su música, sus puestas en escena o lo que fuere) reivindicaba en cambio a grupos, cantantes y compositores de décima categoría como máximo, pésimos cantantes que escribían aún peores letras y que en sus reportajes citaban permanentemente a artistas de genio en serio como Borges, Fellini, Bukowski, etc como sus pares o sus influencias, cuando los pobrecitos apenas podían tocar, cantar o escribir su tecno-twist, punk, o balada tipo española, etc, siendo tomados muy en serio no solo por ellos mismos sino también por la prensa, “la inteligentzia”, “la patrulla de la simpleza”. Los reaccionarios y represores de la musicalidad creen poder evaluar la música en términos de simpleza o complejidad, cuan patético se puede ser! Siento que esa época fue el principio del fin de lo denominado “rock” como forma de arte